La llegada de las Navidades hace que descuidemos la dieta y nuestra rutina de higiene dental. Además, es época de ricos postres y dulces típicos que pueden afectar nuestra salud bucodental si no se toman con cierta precaución. Hoy os contamos cómo afrontar la avalancha de azúcares y cuidar nuestra sonrisa, sin renunciar a la felicidad de una buena comida familiar.
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Nuestra alimentación afecta la salud de nuestros dientes, puesto que puede alterar la cantidad, el pH y la composición de la saliva. La saliva a su vez, cumple un papel muy importante en la protección de nuestros dientes, ya que se encarga de su limpieza, de combatir las bacterias y de neutralizar el exceso de ácidos, entre otras funciones.
En este sentido, el azúcar que consumimos se convierte en alimento de las bacterias presentes en la boca, aumentando la acidez y facilitando la desmineralización del esmalte y la aparición de la placa bacteriana y la caries.
Hay que prestar mucha atención a lo que comen los niños durante todo el año, pero las Navidades suelen ser una fecha crítica. Las cestas con polvorones, turrón, mazapán son un atractivo para todos, pero se convierte en una auténtica atracción para los pequeños, pues pueden recurrir a ellos siempre que quieran. Hay que estar pendiente de la alimentación que siguen y de las cantidades de azúcar que están ingiriendo.
Un problema común en las fechas navideñas es pasar muchas horas seguidas fuera de casa, después de las comidas y cenas entre amigos. Tras una de estas reuniones, a muy pocas personas se les ocurre pasar un momento por el cuarto de baño para cepillar sus dientes.
Está demostrado que cepillarse los dientes y pasar el hilo dental inmediatamente después de comer aporta numerosos beneficios a nuestra salud bucodental. Por ello, una acción tan sencilla como llevar un cepillo de dientes a estas reuniones os ayudará a proteger vuestra sonrisa (y evitar seguir comiendo o bebiendo entre horas).
Omitir este cepillado provoca que las bacterias orales puedan alimentarse continuamente de los azúcares que se mantienen en boca sin ser retirados.
Si no tienes un cepillo a mano estando fuera de casa, tomar un chicle (goma de mascar) sin azúcar ayudará a evitar la sequedad en tu boca (recordemos que la saliva ayuda a neutralizar los ácidos, además de otras funciones).
Además del cepillado fuera de casa, mantener la rutina de cepillado recomendado por vuestro higienista en casa será crucial. Si no tenéis una rutina personalizada, os animamos a que pidáis cita con nuestro equipo o que consultéis las reglas de higiene oral básicas que os explicamos en este post.
Por último, ten siempre en cuenta la importancia del factor tiempo y cómo puede influir en la aparición de la caries si el azúcar permanece durante muchas horas en la boca.